domingo, 21 de noviembre de 2010

ZINEBI 2010




Esta semana, del 22 al 27 de noviembre, tendrá lugar en Bilbao la 52º edición de ZINEBI (Festival Internacional de Cine de Bilbao). Entre sus retrospectivas se halla "Españoles en París. El exilio español filmado en Francia (1945-1978)" un ciclo de 6 películas de cuatro directores (Adolfo Arrieta, Fernando Arrabal, Joaquín Lledó y Jose María Berzosa). Este ciclo ha sido programado por mí, que estaré presentando las películas junto a sus directores.

La intención de este ciclo es la de dar a conocer la obra de algunos directores españoles que por haber realizado su obra fuera de España jamás han sido reivindicados ni tenidos en cuenta en las Historia del Cine de este país, a pesar de que algunos de ellos se encuentran entren los directores más interesantes y con propuestas más experimentales y audaces de toda la historia de nuestro cine. Este ciclo pretende pues abrir nuevas perspectivas de estudio sobre nuestro cine, abriéndolo a las prácticas fílmicas de estos directores, cuyas películas, por otra parte, giran siempre sobre la temática de 'lo español'

Aquí hay más información del ciclo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

AMALGAMA

FIGURACIÓN, ABSTRACCIÓN
AMALGAMA - LA FÁBRICA
viernes 5 de noviembre de 2010 a las 18:30h
(60 minutos)

Suite Calypso (2007) de Manuel Garin y Raúl L. Huete. 7'
Interrupciones a Norman McLaren (2010) de Alberto Cabrera Bernal. 16'
New York in three parts (2005) de Marcel Pié. 3'
Recuerdo de un fotógrafo de Julio J. Von Drove. 14'
L’art de la fuga (2009) Daniel Pitarch. 3'
D_fragTV de _blank [at] null66913. 1'
Inverse-Reverse (2010) de _blank [at] null66913. 15'

La tradición de la animación abstracta y la música visual continúa siendo una fuente de inspiración inagotable, para dinamizar composiciones rítmicas de saturaciones lumínicas e intensidades sonoras. En la actualidad, muchas piezas inicialmente figurativas dialogan, permanentemente, con texturas abstractas, acompañadas de composiciones musicales líricas y efectos sonoros etéreos.

El animador canadiense Norman McLaren resulta ser homenajeado por Manuel Garin y Raúl L. Huete en Suite Calypso, y apropiadamente subvertido por Alberto Cabrera Bernal en la publicitaria Interrupciones a Norman McLaren. Incisiones y aplicaciones pictóricas sobre el celuloide de super 8 son los recursos utilizados por Marcel Pié y Julio J. Von Drove para desfigurar diarios fílmicos domésticos en New York in three parts y Recuerdo de un fotógrafo. Finalmente, Daniel Pitarch y _blank [at] null66913 visualizan reencuadres fotográficos y refilmaciones televisivas, para componer, y descomponer, sinfonías plenamente abstractas en L’art de la fuga, D_fragTV e Inverse-Reverse.

Programado por Luis E. Parés y Albert Alcoz







(Y uno se despierta un día, coge El País, y se encuentra con un titular que lo hace temblar. Luego lee el artículo y ve que como siempre, se exagera un poco)

La primera película sonora era española

Concha Piquer la protagonizó en 1923, cuatro años antes de 'El cantante de jazz', considerada oficialmente la primera

EFE - Madrid - 03/11/2010

Una cinta encontrada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos prueba que Concha Piquer protagonizó la primera película sonora en español en 1923, cuatro años antes de que Alan Crosland rodara "El cantante de jazz", considerada por los historiadores como la primera obra cinematográfica hablada.

Fragmentos de esta película serán emitidos este jueves en La 2 de Televisión Española dentro del documental Conchita Piquer, dirigido por Jorge M. Reverte y con guión de Agustín Tena, que fue quien localizó y recuperó el filme en Washington a principios de este año. "No sólo es la primera película sonora en español, sino que es cuatro años anterior a la que se considera oficialmente la primera", explica Tena.

Se trata de una cinta de once minutos que Lee DeForest rodó con una adolescente Concha Piquer y que incluye recitados, un cuplé andaluz, una jota aragonesa e incluso un fado luso (Ainda mais), lo que también la convierte, según Tena, en "la primera película sonora en portugués".

En el filme, exhibido en el cine Rivoli de Nueva York en 1923, la artista valenciana acompaña con sus castañuelas los bailes y canciones. Una biografía de la intérprete de Ojos verdes ya mencionaba la existencia de esta película, aunque la databa en 1927, debido a que fue en ese año cuando DeForest viajó a España para intentar vender su sistema de cine sonoro.

Sin embargo, Tena comprobó en la Internet Movie Data Base (IMDB), la mayor y más fiable base de datos cinematográfica en la red, que el copyright de la película aparecía fechado en 1923, y con este dato localizó a un coleccionista estadounidense, ya octogenario, que tuvo en su poder la cinta hasta que la cedió a la Biblioteca del Congreso.

El filme apareció finalmente en este lugar y el Congreso estadounidense donó a la productora del documental Conchita Piquer los derechos mundiales de la cinta, de la que se cederá una copia a la Filmoteca Española.


(Y ante esto, uno que es más simple que el asa d'un cubo, se pregunta: ¿tanto costaría hacer una investigación desde alguna institución oficial, filmoteca por ejemplo, para saber qué otros tesoros de nuestro cine se esconden en los archivos del mundo?. La respuesta ya la sé, me la han dicho muchas veces en algunas de esas instituciones oficiales. No es tan fácil)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Festival Europes: Cine Europes

Cinema EUROPES propone una mirada comparativa a la cinematografia de un país, en este caso Rumanía, a través de una película reciente y otra histórica. El cineasta responsable de la película actual es quien escoge la obra de referencia que ha marcado la tradición cinematográfica de su país y, por lo tanto, también a él como creador y renovador de esta tradición.

Cristian Mungiu es la cabeza más visible de la nueva oleada del cine rumano que tanto sorprende en los festivales de todo el mundo. Licenciado en Periodismo, profesión que ejerció varios años, toda su obra trata de los problemas que tiene la sociedad rumana para adaptarse a la modernidad, tanto social, como política o económica. Esto le ha llevado a afrontar en sus filmes la terrible herencia de la dictadura de Ceasescu.

Películas y pases:

18h
Reconstruction (1968), de Lucian Pintilie.

Dos amigos, tras haber bebido un par de copas de más, inician una pelea en una taberna, rompen algunos cristales y también la cabeza del camarero. Las autoridades les obligarán a recrear la pelea delante de una cámara con el objetivo de colaborar en una película “educativa”.

20h
Cuentos de la edad de oro (2009), de Cristian Mungiu, Ioana Uricaru, Hanno Höfer, Razvan Marculescu, Constantin Popescu.

Cuentos de la Edad de Oro se compone de seis cuentos, que narran 6 historias distintas que tienen lugar durante el último período de la Rumania de Ceausescu y que muestran varios mitos urbanos de la época, reflejando siempre el punto de vista de la gente común. El título de la película se refiere a la supuesta "edad de oro" de los últimos 15 años del régimen del dictador rumano.

La sesión vendrá precedida por una breve presentación de Luis E. Parés

Cuándo
7 noviembre

Dónde

Cinemes Girona
C/ Girona, 175

Precio
5 € (doble sesión)


viernes, 29 de octubre de 2010

AMALGAMA

Cine, Cine, Cine,
viernes 29 de octubre a las 18:30h, en La Fábrica
(50 minutos)

O proceso de Artaud (2010) de Ramiro Ledo. 12’
The Homogenics de Gerard Freixes. 3’
Le variations Dielman (2010) de Fernando Franco. 11’
Ser de luz (2009) de Diana Toucedo. 5’
La desaparición de Albertine (2009) de Francisco Algarín. 6’
Contra el cine (2010) de Alberto Cabrera Bernal. 9’

Con la llegada de internet, obvio sucedáneo de la biblioteca de babel borgiana, y las nuevas técnicas de edición no lineal, nos hemos instalado finalmente en la utopía que Godard formuló hace tres décadas: poder escribir una historia del cine con el propio lenguaje del cine. La hoy tan extendida práctica del apropiacionismo no es otra cosa que el afán hecho realidad de reescribir una idea del cine propia e intransferible, y con ella, una idea del mundo, de la historia. De la historia del cine.

En esta sesión mostramos alguno de los caminos más interesantes que la práctica de la apropiación muestra en este momento: O proceso de Artaud de Ramiro Ledo, es una muestra perfecta de cómo el cine esconde en sus argumentos ecos de otra historia, más secreta, más real. En The Homogenics de Gerard Freixes y Le variations Dielman de Fernando Franco, se nos enseña cómo la construcción formal y dramática de una película responde a estudiadas premeditaciones inconscientes. Con Ser de luz de Diana Toucedo y La desaparición de Albertine de Francisco Algarín volvemos a una lírica de la imagen que quizá no brilla demasiado en el cine actual. Y por último, Contra el cine de Alberto Cabrera Bernal, que a pesar de su título es una celebración del misterio del cine, de la cinefilia.








(Ciclo programado por Albert Alcoz y Luis E. Parés)

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XXX

Mónadas

Si yo fuera tú, me gustarían los Cicatriz (Jorge Tur)


Publicado originalmente en Blogsandocs.

(En las actividades paralelas del Festival In-Edit, este documental se proyectará en la Facultat de Comunicació Blanquerna (02/11, 19:30) acompañada la proyección de una mesa redonda con Jorge Tur, Virginia García del Pino y Kikol Grau, y moderada por Luis E. Parés.

viernes, 8 de octubre de 2010

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XXIX

Hace mucho que sabemos que lo que piensan las instituciones que ha de ser el cine español no es lo mismo que lo es. El problema se agrava cuando desde esas mismas instituciones se piensa que el cine español ya es lo que ha de ser. Es ahí donde radica el origen de los Goya, y del Festival de Málaga, y demás celebraciones necrofílicas del cine español de alfombra roja (¿nadie se ha dado cuenta de que el cine español no es que no tenga, sino que no se merece el más mínimo glamour?).

Y dentro de esas celebraciones, medidas al milímetro desde unos despachos (donde estoy tentado de decir que nadie se entera ni del No-Do), se decide promocionar el cine español en Pekín. En el Cine Broadway de aquella ciudad, desde el 10 de septiembre, hubo un ciclo de cine español compuesto por 8 películas:

  1. Yo, también, (Álvaro Pastor,
  2. Siete mesas de billar francés (Gracia Querejeta),
  3. Flamenco, flamenco, (Carlos Saura)
  4. Mataharis, (Iciar Bollaín),
  5. Mi vida sin mí (Isabel Coixet)
  6. Los girasoles ciegos (Jose Luis Cuerda),
  7. Obaba (Montxo Armendáriz)
  8. Mar adentro (Alejandro Amenábar)

En palabras de los organizadores, fueron “ocho películas, ocho directores, ocho historias de muy diversos géneros, que muestran los matices de la tierra donde nacieron sus creadores o que describen relatos que podrían suceder en cualquier parte del mundo”. El que esto escribe sólo ve en ello la continuación de esa política institucional, tan nociva, de hacer engordar el ego de directores que no tienen nada que ofrecer más que “el quiero y no puedo” de unas producciones que no son ni personales ni comerciales (a excepción de Mar adentro, que lo único que es, es comercial), ni producto de festival ni de taquilla. Ni chicha ni limonada.

Uno no sabe hacia dónde mira el ICAA, puesto que en el cine español reciente hay más de ocho películas arriesgadas y personalísimas, realmente susceptibles de traspasar fronteras, capaces de asombrar aquí y en la China continental.

Por decirlo claro: en el cine español hay películas que pondrían a nuestra cinematografía en un punto alto, pero no son las que se promocionan desde el ICAA. Ni, lamentablemente, desde la embajada española de China. Menos mal que en Venecia hay alguien que parece estar más atento.

martes, 28 de septiembre de 2010

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XXVIII


El próximo 5 de octubre se inaugura en el Reina Sofía la exposición Desbordamiento Val del Omar, que antes ha estado en el Centro José Guerrero de Granada. La exposición está comisariaza por Eugeni Bonet, quizá el hombre que más sabe de Val del Omar, a pesar de todas las pegas que se ponen a la hora de investigar a este autor. Per no hay que olvidar que Val del Omar ya había entrado en el museo, pues desde la última reestructuración de la colección, su “Tríptico Elemental de España” se proyecta en la Sala 405 de la Cuarta Planta del Museo. Además, esta muestra está acompañada de la edición del catálogo con textos de Víctor Eric, Bonet, Carlos Muguiro o Nicole Brenez, entre otros, y de un libro con los textos de Val del Omar, Escritos de técnica, poética y mecánica.

Val del Omar debería ser una de las piedras angulares sobre las que crear una nueva visión (un nuevo corpus) del Cine Español. Y es que ninguna obra de ningún cineasta español, interpela tan directamente al espectador, abriéndole nuevos caminos sin abandonar el origen de la cultura a la que se pertenece (según la teoría de Baudelaire, expuesta en El pintor de la vida moderna, eso es la modernidad). Es por ello que cualquier iniciativa es necesaria, y a la vez, insuficiente, pues Val del Omar debería ser tenido (y no me dejo llevar por la exageración) como una de las cimas de nuestra cultura en el siglo XX (seguramente con visitar la exposición verán que no exagero).

Así que bienvenida esta exposición, bienvenido el pack de Cameo, bienvenidos los texto. Y, sobre todo, bienvenida esa web en eterna construcción que Eugeni Bonet se empeña en seguir alimentando, donde se puede encontrar mil y un secretos sobre el autor. (a lo que se suma esta otra web, rarísima, que me desveló Dani Pitarch). Bienvenido el disco de Lagartija Nick y bienvenido el artículo que se publica hoy en Público, con el título de “El hombre que trajo el cine a España”.

En fin, que ojalá esto sirva para instalar para siempre a Val del Omar donde se merece: cerca de la luz.

P.D.: El artículo del Público termina con el siguiente párrafo: “Gran parte de las películas que rodó Val del Omar durante su periplo por España están perdidas. Es posible que estén en el George Eastman Institute de Rochester, ya que Kodak pedía una copia de cada uno de los rollos que cedió para las Misiones. Allí, junto a los negativos de la maleta mexicana de Capa, podría estar un pedazo esencial de la historia de España, y de la obra del visionario que quiso hacer del cine una experiencia trascendental. Quién sabe.” Esta sospecha se ha oído ya varias veces, así que no entiendo por qué diantres nadie se ha personado ya allí para buscarlos. ¿Somos tontos o qué nos pasa?

miércoles, 22 de septiembre de 2010

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XXVII


Hoy se inaugura una exposición sobre el cine durante la Guerra Civil, en la Sede del Memorial Democratic en Via Layetana. Los comisarios de esta exposión son Magi Crussells y Jose Maria Caparrós Lera, del Centre d’Investigacions Film-Història del Departamento de Historia Contemporanea de la UB

Entre las cosas de interés, se encuentra una foto de uno de los grandes enigmas del cine español: Valentín R. González, Belisario.

Asimismo, para acompañar la exposición, habrá una muestra de cine con los títulos:
  • Cinefòrum: La vida quotidiana a la rereguarda, amb Esteve Riambau
    La doble vida del faquir, (2005), de Esteve Riambau
    30 septiembre, 19 h.
  • Els exilis, amb Romà Gubern
    Els nens de Rússia, (2001), de Jaime Camino
    6 octubre, 19 h.
  • Cinefòrum: La repressió amb Josep Mª Forn
    Pel·lícula: Companys, procés a Catalunya, (1979), de Josep Mª Forn
    13 octubre, 19 h.
  • Cinefòrum: La producció en català durant el franquisme, amb Núria Espert
    Pel·lícula: Maria Rosa, (1965), de Armando Moreno.
    21 octubre, 19 h.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Paolo Brunatto (1935-2010)


Si a duras penas conocemos nuestro cine underground, tampoco conoceremos el de otros países, como Italia. Pero el cine underground también existió en Italia, y Paolo Brunatto fue uno de sus grandes exponentes.

Paolo Brunatto murió el pasado miércoles 15 de septiembre, a los 75 años de edad. Según la Wikipedia, había hecho más de 600 documentales, entre los que se incluyen varias series de televisión. Trabajó con Pasolini (a quien dedicó varios documentales), Carmelo Bene, Bertolucci.

Aquí en España es un gran desconocido y no tengo constancia de que nunca se viese ninguna de sus películas, excepto los documentales sobre Pasolini.

Sin embargo, Brunatto protagonizó uno de los episodios más desconocidos de la historia de nuestro cine. Brunatto era el co-director de Notes sur l’emigration, la primera película de Jacinto Esteva. Tengo la sensación de que con él se va una historia que no se ha contado, dejándonos sólo la certeza de que llegamos demasiado tarde para algunas cosas.

Los famosos hongos

(Noticia publicada en Público el 19/09/2010)

Luchando contra el hongo 'comefilms'


Archivos de la Filmoteca Española.

Un mundo sin archivos cinematográficos sería un mundo casi sin memoria. Y ese apocalíptico escenario es el que pintaron algunos medios británicos tras la presentación en la reunión de otoño de la Sociedad de Microbiología General de Reino Unido de un pequeño estudio titulado Colonización fúngica y contaminación de las películas cinematográficas: implicaciones para las películas y los archiveros. Los especialistas liderados por Joanna Verran, de la Universidad Metropolitana de Manchester, concluían que había una necesidad de detectar la contaminación por hongos en las películas, analizar la presencia de esporas viables y "realizar recomendaciones para el manejo seguro por parte de los archiveros de películas".

El equipo estudió una serie de películas contaminadas que le había suministrado el archivo de su universidad, el North West Film Archive, y observó que estaban repletas de hongos, sobre todo de la familia de los Aspergillus y Penicillium, muy comunes. Pero, en algunos casos, el número de esporas excedía los niveles seguros de exposición para los humanos.

"Si nos descuidamos, causan lesiones imborrables"

Un problema antiguo

El estudio del equipo de Verran ha llamado la atención sobre un problema que afecta a la industria cinematográfica desde la década de 1960, cuando se identificó una nueva "enfermedad", si es que se puede llamar así a un problema que no afecta a un ser vivo. Se trataba del síndrome del vinagre, provocado por procesos de descomposición química acompañados de una intensa producción de ácido acético. Porque, obviamente, lo que preocupaba a los responsables de guardar las películas no era, ni mucho menos, la salud de los soportes, sino cómo esta degradación afectaría a la calidad de los filmes.

Desde la Filmoteca, España pronto se posicionó como líder en esta lucha. Por esta razón, los expertos consultados por este diario creen que las conclusiones del estudio inglés son alarmistas y afirman que las películas conservadas en el país no están en peligro. La salud de los que trabajan con ellas, tampoco.

Hay que controlar la humedad, la temperatura y la ventilación

"Está claro que las películas cinematográficas que excedan un nivel de contaminación microbiana excesivo pueden ser peligrosas", reconoce el profesor del Instituto de Polímeros del CSIC Fernando Catalina. Sin embargo, este riesgo se elimina cuando las condiciones de conservación son buenas, sin duda el caso de las filmotecas nacionales. Catalina recuerda que cualquier material tiene bacterias. "Eso no quiere decir que sean peligrosas", apunta. En el mismo sentido se expresa el jefe de la sección de Investigación de Fondos Fílmicos de la Filmoteca Española, Alfonso del Amo. "Los microorganismos son peligrosos y fundamentales para la vida", afirma, antes de explicar que para que su presencia sea un problema serio para los archivos tienen que estar en una dosis muy alta.

Que a los hongos les gusten las películas no es extraño. "Los filmes están compuestos de un soporte y una gelatina comestible; hay que recordar que la gelatina es uno de los medios de cultivo clásicos en todos los laboratorios", señala Del Amo. "Si nos descuidamos, los hongos proliferan en la gelatina y causan lesiones imborrables. Hay algunas fotografías que lo muestran claramente", dice este especialista, que recuerda que existen métodos para combatir esta proliferación.

Hace un lustro que la Filmoteca Española, junto con la Universidad Complutense y el CSIC, estableció las pautas necesarias para evitar la contaminación de películas. Se trata de un esfuerzo que culminará en 2012 cuando se concluyan las obras del archivo de la Ciudad de la Imagen, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). "Las obras van a buen ritmo", confirma Catalina, que considera que el traslado de los archivos de la Filmoteca a estas nuevas instalaciones "va a garantizar la conservación de los originales".

Algunas películas cedidas han resultado contaminadas

El trabajo de Concepción Abrusci la bióloga de la Universidad Complutense de Madrid que firma la mayoría de trabajos sobre biodegradacion de películas escritos en España, Fernando Catalina y Alfonso del Amo demostró, en primer lugar, que la mayoría de los hongos que colonizan las películas no llega ahí espontáneamente. "Los ponemos los humanos", subraya Del Amo.

Por esta razón, las medidas anticontaminación "no son eficientes", porque siempre habrá quien toque los filmes o estornude sobre ellos, apunta el experto, que señala que "lo fundamental es la antiproliferación de hongos y bacterias". Así, el hecho de que los microorganismos estén en las gelatinas que componen las películas es normal y no tiene por qué suponer un riesgo; que se multipliquen sin control, sí lo es.

Según comenta Del Amo, hay tres medidas esenciales para evitar la proliferación: control de la humedad, de la temperatura y de la ventilación. "Para películas que se quieren preservar a medio y largo plazo, la humedad nunca debería superar el 45% o el 50%. Incluso, en algunos casos, debería estar por debajo del 30%", apunta.

Con respecto a la temperatura, debe oscilar entre los 5ºC y los 18ºC. Y una correcta ventilación implica entre seis y doce renovaciones completas de aire al día. "De esta forma habrá microorganismos, pero no proliferarán", subraya.

A estas precauciones, Catalina añade una última, especialmente relevante en el caso de la Filmoteca Española. "Se deben realizar inspecciones periódicas de los materiales, especialmente en los procedentes de climatologías adecuadas para el crecimiento microbiano", comenta. "En la Filmoteca se han detectado contaminaciones por microorganismos en películas que se han cedido temporalmente para su exposición en países suramericanos, donde la climatología y las condiciones de conservación son más complicadas", añade.

Aunque los expertos consideran que los archivos cinematográficos españoles están muy protegidos, también reconocen que hay diferencias según las áreas. "El problema de la contaminación microbiológica es más importante en los archivos situados en zonas costeras, donde la elevada humedad ambiental, superior al 60%, junto con una temperatura que supera frecuentemente los 30 grados, hacen que sea más susceptible el desarrollo del biodeterioro", subraya Catalina, que cree que los archivos nacionales que podrían correr más riesgo son los de Barcelona, Valencia y Canarias.

Desde que Concepción Abrusci comenzara a investigar sobre este asunto que le ha llevado a la publicación de su tesis , se han tipificado hongos y bacterias de muestras obtenidas en distintos archivos cinematográficos. "Se han aislado bacterias de los géneros Bacillus, Staphylococcus, Sphingomonas y hongos de los géneros Aspergillus, Penicillium, Cladosporium y Mucor, entre otros", resume Catalina. Microorganismos, sin embargo, controlados en las filmotecas del país. Para terminar de quitar hierro al asunto, Del Amo advierte: "El problema es mucho mayor en los archivos de papel".

viernes, 10 de septiembre de 2010

1972 Leonard Cohen sings again

Hace un par de semanas, el 31 de agosto, apareció en El País una noticia que ya se había comentado en bastante blogs sobre el cantante.

Hallado un filme de Cohen perdido desde 1972

Con una cara inexpresiva, Leonard Cohen le cuenta al público lo afortunado que se siente por no poseer los derechos de Suzanne, una de sus canciones más conocidas: "No sería justo que la hubiera escrito y que también me hiciera rico con ella".

Con una cara inexpresiva, Leonard Cohen le cuenta al público lo afortunado que se siente por no poseer los derechos de Suzanne, una de sus canciones más conocidas: "No sería justo que la hubiera escrito y que también me hiciera rico con ella". Esto es parte de Bird on a wire. Al más puro estilo Cohen, el cantante tenía planeado retirarse después de la gira de 1972, que comenzó en Tel Aviv y finalizó en la vecina Jerusalén. Su entonces representante, Marty Machat, no quería que la que probablemente iba a ser la última oportunidad de verlo en vivo (el tiempo y la pérdida de los fondos monetarios del cantante demostraron lo contrario) se quedara en el olvido. Así que le pidió a Tony Palmer, director de cine británico, que la rodara. Irónicamente no sirvió para nada, al menos hasta ahora: han pasado más de 38 años para poder ver aquellos pedazos de realidad de un hombre una vez calificado como el mejor depresor no químico del mundo.

El hallazgo, que ha dado lugar a este documental, resultó de lo más peculiar. Mientras alguien buscaba los negativos de 200 motels, la película que Tony Palmer rodó sobre Frank Zappa, encontraron 294 rollos de negativos pertenecientes a Bird on a wire, que estará a la venta a partir de septiembre, y que nunca antes habían visto la luz: "Pensé que no podría volver a remasterizarlo, por el estado en el que se encontraban las cajas, pero por suerte las mezclas del sonido permanecían intactas. Lo primero que hice fue crear el sonido y después fuimos creando, de las 3.000 pequeñas partes de celuloide que se conservaban en buen estado, un puzle digital gigante. Leonard decía que cuando las cosas iban bien, la música sonaba bien. Lo mejor de esta grabación es que las canciones suenan más emocionales, más extraordinarias, incluso, que las recogidas en sus elepés", explica Tony Palmer, a través del teléfono desde su oficina en Londres.

Pero, ¿cómo pudo estar esta pieza sin ver la luz durante tanto tiempo?: "Después de hacer la primera versión de la película, se la mostramos a Leonard Cohen y pensó que sería demasiado polémica. Yo cometí el error de darles todo el material y que ellos hicieran una segunda versión que les pareciera mucho más adecuada. La hicieron, pero no gustó a nadie y cuando quisieron que yo rehiciera el trabajo, casi todos los negativos estaban destrozados y los demás perdidos".

¿Qué espera a los fans? Un chapuzón desnudo en una piscina del autor de Take this waltz, flirteos con las chicas más guapas que esperaban en la puerta del camerino; las quejas de dos espectadores que, tras los fallos de sonido del concierto en Copenhague, querían su dinero de vuelta, mientras Cohen se lo daba de su bolsillo; incluso las lágrimas del cantautor al finalizar el último concierto. "Leonard no hizo nada especial para la cámara, lo que se ve es lo que pasó".

P.D.: Esto me hace pensar, obviamente, en la cantidad de grabaciones que sobre grupos y cantantes de rock (y jazz, y blues, y folklore y flamenco y...) tiene que haber dispersas en casas de directores, de productores musicales, de aficionados... Y en las televisiones.

Hace poco escuché a Cifu, en su programa, que Wes Montgomery, el fabuloso guitarrista, había visitado los estudios de TVE en Sant Cugat, para grabar un concierto. Y que él, el incombustible Cifu, quiso encontra esa grabación, y que cuando tras mucho buscar dio con la cita, vio que habían grabado encima del concierto un partido de fútbol. Y uno no puede dejar de pensar que así nos va...

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XXVI

Reflexiones de un salvaje (Gerardo Vallejo, 1978)


Publicado originalmente en Blogsandocs.

lunes, 26 de julio de 2010

Un lugar en el mundo

(Para la gente como yo, más rara que un perro verde (es decir, gente que exuda de una forma nada típica cuando escucha hablar de intenegativos, laboratorios y películas halladas en desvanes)hay dos mecas en este mundo: una es la sede de Lobster Film en París y la otra es la Cinemateca de Bologna, con su archivo Chaplin, su archivo Pasolini, su Cinema Ritrovato, su laboratorio, L'Immagine Ritrovata. Hoy, no sé muy por qué rara razón, hasta El País se ha hecho eco de este laboratorio genial y maravilloso, y hoy le dedica un artículo)

Películas en la UCI

LUCIA MAGI - Bolonia - 26/07/2010

Su vida corre peligro y necesitan urgentemente ponerse en manos de especialistas. Se trata de casi toda la producción de los hermanos Lumière: ciento sesenta obras de los fundadores e inventores del cine a principios del siglo pasado; el archivo completo de Charlie Chaplin, que la familia quiere conservar; El Gatopardo, de Luchino Visconti, cuyo sonido está muy deteriorado...

Su vida corre peligro y necesitan urgentemente ponerse en manos de especialistas. Se trata de casi toda la producción de los hermanos Lumière: ciento sesenta obras de los fundadores e inventores del cine a principios del siglo pasado; el archivo completo de Charlie Chaplin, que la familia quiere conservar; El Gatopardo, de Luchino Visconti, cuyo sonido está muy deteriorado; los tesoros olvidados de la cinematografía mundial que Martin Scorsese caza y protege con su World Cinema Foundation; películas encontradas por casualidad, en antiguas salas de proyección, en almacenes cerrados; fotogramas gastados, cintas polvorientas, magias rotas. La clínica donde resucitan las viejas películas se encuentra en Bolonia, una ciudad del norte de Italia, a medio camino entre Milán y Florencia, de apenas 300.000 habitantes.

L'Immagine Ritrovata -La Imagen Recuperada, que así se llama el taller- nació en 1992, como hijo mimado de la activa cinemateca municipal. Funciona como si de un hospital público se tratase que cura las cintas gracias a la financiación de administraciones locales, nacionales y de fundaciones privadas. En años que lleva activo, se ha situado en la vanguardia mundial en técnicas fotoquímicas y digitales, que permiten recuperar tanto el soporte material, la cinta, como la calidad de la imagen y el sonido.

El centro se encuentra en una antigua fábrica de tabaco ubicada en el centro de la ciudad: dos naves de ladrillo visto, poco majestuosas pero funcionales y amplias, que abastecían de cigarrillos a los ciudadanos y ahora esconden grandes joyas de la historia del cine. Una vez finalizada la restauración, que se lleva a cabo en el mayor de los secretos, la cinemateca organiza proyecciones públicas y gratuitas de las perlas rescatadas. Cada noche de julio, la plaza Maggiore de Bolonia se abarrota de ojos mudos, religiosamente entregados a la gran pantalla.

Así ocurrió hace unos días con el inédito Il ruscello di Ripasottile, de Roberto Rossellini. Rodado en 1941, es un poético cuento para niños, algo inusitado en la obra del maestro del neorealismo italiano. La historia se desarrolla un bonito día de sol, en un riachuelo cualquiera en el que nacen unas truchas. La buena noticia se difunde en la comunidad de animales de la campiña. Cuando la información llega a los lucios, estos empiezan a subir la corriente para cebarse con los recién nacidos. Por suerte los animales se alían para defenderlos. Se trata de un filme de ocho minutos en blanco y negro, lleno de escenas submarinas, que costó 20.000 euros a la fundación que ha patrocinado la restauración y dos meses de minucioso trabajo a los 30 cirujanos-cinéfilos de Bolonia que se han dedicado a salvar uno por uno los fotogramas. "La cinta llegó en condiciones pésimas", recuerda la restauradora, Elena Tammaccaro, "estaba guardada en cajas de cartón, troceada y cubierta de polvo". La encontraron en unas cajas abandonadas en el viejo cine de Palmi, un pueblecito del interior de Calabria. "Tuvimos que reconstruirlo como si de una partida de dominó se tratase: para cada fragmento, buscamos fotogramas casi iguales y consecutivos y volvimos a pegarlos. Una labor impresionante, pero realmente emocionante", sostiene Elena.

El procedimiento es bastante caro y laborioso. "Para un largometraje de unos cien minutos tardamos más de un mes. El coste suele variar entre 40.000 y 100.000 euros", evalúa Davide Pozzi, responsable del equipo de restauración.

El largo camino hacia la recuperación empieza por conocer el estado físico de la película. Paso que siempre se hace de forma manual. "Lo primero", dice Tammaccaro, "es lograr que la cinta pueda volver a rodar en la máquina de proyección".

En el quirófano se trabaja sin parar. Cada una de las restauradoras está enfrascada en su propia operación. Paola Ferrari lleva tres años tras su mesa y ha perdido la cuenta del número de película que ha conseguido que salgan de la UCI. "Hay que tener mucho cuidado, si te equivocas en un solo milímetro, te cargas una obra única en el mundo", se levanta la mascarilla para liberar la boca, pero no deja inactivo el bisturí. Incide segura, con el ceño fruncido sobre el medianil que separa dos fotogramas de La moglie di Claudio, un filme en 35 milímetros de 1918. En los cuadraditos de celuloide Pina Menichelli, actriz del cine mudo italiano, parece buscar el beso de un hombre esbelto. "Estoy eliminando un fotograma porque estaba doblado. Ahora con una cinta adhesiva especial vuelvo a juntar los dos extremos, para colmar el vacío que he creado, el leve desfase no se va a notar", cuenta moviendo con precisión las manos enfundadas en guantes blancos.

"Otra operación indispensable es reconstruir uno por uno los agujeros que se enganchan con el proyector", cuenta Nadia Mazzarocchi, que tiene entre manos otra cinta muda del siglo XX. La película está lista para ser cargada en la lavadora de ultrasonido, construida con dos ruedas de engranaje y estudiada para limpiar la superficie sin dañarla.

Los problemas más urgentes de las piezas que llegan al centro suelen ser la suciedad, la ruptura de los agujeros y el tamaño de los fotogramas. El soporte de nitrato y aceite de celulosa que se usaba hasta los años cincuenta se deshidrata con el tiempo, lo que provoca que la película encoja. Por eso es necesario hacer una copia de la cinta otorgándole las dimensiones precisas de 35 o 16 milímetros. El material que hoy se utiliza es poliéster, más resistente y menos inflamable. Para pasar de una cinta encogida por la edad a una nueva se efectúa una impresión óptica. En una gran habitación oscura, como las que sirven para revelar las fotografías, las películas ruedan en una suerte de ampliador. Las atraviesa un haz de luz que impresiona un soporte virgen. Es lo que han hecho más de cien veces los jóvenes restauradores con buena parte de la producción de los hermanos Lumière.

Tras la impresión, el filme se pasa a soporte digital. Un escáner que se parece a un proyector, lee la serie de fotogramas analógicos y los traduce al lenguaje del ordenador. De aquí en adelante, la restauración tiene una pantalla como mesa de operaciones y el ratón como bisturí. "Gracias a un photoshop a lo bestia -explica un restaurador sin levantar la mirada- reconstruyo las zonas donde la emulsión se ha caído y quito las huellas del tiempo. Tras haber recuperado la cinta, aquí nos dedicamos a mejorar su contenido". Del cuerpo al espíritu: un campo gris pierde, bajo los golpecitos delicados del ratón, unas manchas oscuras y redondas.

El mismo procedimiento se sigue con la cinta que lleva impreso el sonido. Es lo que hicieron hace solo unos meses con la versión de El Gatopardo presentada en el último festival de Cannes. Las frases de Alain Delon y las pudorosas respuestas de Claudia Cardinale se volvieron a escuchar como si Luchino Visconti las hubiera grabado ahora y no hace casi medio siglo. "Fue un trabajo largo y laborioso", dijo Martin Scorsese, que fue quien encargó al taller boloñés la restauración del sonido. Sus dos fundaciones, la World Cinema y la Film Foundation, se empeñan en la recuperación y conservación de los clásicos olvidados, lo que él mismo define como neglected cinema. L'Immagine Ritrovata es el ejecutor de su sueño. Son los cirujanos de la ex fábrica de tabaco los que arreglan las cintas que Scorsese quiere salvar del olvido y del desgaste.

jueves, 22 de julio de 2010

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XXV

La Cinemateca belga, que tantas alegrías nos da de vez en cuando, ha dado una carta blanca a Pere Portabella para que seleccione su corpus del cine español. El ciclo, llamado Carte blanche a Pere Portabella, consiste en, como se explica en el programa 20 películas que él ha selecionado, y, que "constituent autant de moments-clés — de Luis Buñuel à Pedro Almodóvar, de Albert Serra à Victor Erice... — dans l'évolution de la cinématographie espagnole riche et contrastée".

Las películas son:
  1. La influencia (Pedro Aguilera)
  2. Contactos (Paulino Viota)
  3. Plácido (Jose Luis García Berlanga)
  4. Un chien Andalou (Luis Buñuel)
  5. L'Age d'Or (Luis Buñuel)
  6. Querídisimos verdugos (Basilio Martín Patino)
  7. La leyenda del tiempo (Isaki Lacuesta)
  8. Viridiana (Luis Buñuel)
  9. Mater Amantísima (Jose Antonio Salgot)
  10. El cant dels Ocells (Albert Serra)
  11. El sur (Víctor Erice)
  12. Inisfree (Jose Luis Guerín)
  13. Petit Indi (Marc Recha)
  14. Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar)
  15. Las horas del día (Jaime Rosales)
  16. Tren de sombras (Jose Luis Guerín)
  17. Monos como Becky (Joaquín Jordà)
  18. Arrebato (Iván Zulueta)
  19. Campanadas a medianoche (Orson Welles)
  20. Honor de Cavalleria (Albert Serra)
Como se ve, no es una selección arriesgada. Ni siquiera hay una idea de lo que es (de lo que debería ser) el cine español. Esta selección es como rellenar un cupo: tiene que estar Berlanga, tiene que estar Almodóvar, Buñuel, Patino... Falta Carlos Saura, lo que es raro, porque tiene su nicho de prestigio en el cine español, y, además, Portabella le produjo su primera película. Pero el resto, están.

Y donde Portabella se ha dado libertad es esos nombres que no tienen que figurar porque sí, cineastas que hacen películas, aquí y ahora. Está bien que se apueste por nombres como Albert Serra, Isaki Lacuesta, Pedro Aguilera (por cierto... ¿qué pinta Petit Indi en esta lista?), pero ¿es éste su lugar? Tengo mis dudas.

La Carte Blanche de Portabella me recuerda a la Carta Blanca que el festival australiano La Mirada, de Melbourne dio a Pedro Almodóvar para que él también diese su punto de vista sobre la historia del cine español. El ciclo de Almodóvar sólo consistió en cinco películas,
  1. Amantes (Vicente Aranda)
  2. Tesis (Alejandro Amenábar)
  3. Atraco a las tres (Jose María Forqué)
  4. Los tramposos (Pedro Lazaga)
  5. Mater Amantísima (Jose Antonio Salgot)
Sin embargo, en una Carta Blanca que la Cinemateque française dio a Pedro Almodóvar para que mostrase su visión de la historia del cine (una extraña amalgama donde se dan cita Pink Flamingos y Visconti, entre otros), éste incluyó Esa mujer, de Mario Camus, una película kitsch al servicio de la mistificación de Sara Montiel.

Lo que está claro es que me parece un ejercicio interesantísimo. Me encantaría que otros directores de cine españoles, u otros críticos, hicieran su porpia carta blanca, seleccionando lo que para ellos es el cine español. Pienso en Erice, Guerín, Marías, Zunzunegui.

miércoles, 14 de julio de 2010

El fotógrafo que sabía mirar y al que nadie vio


Ayer en El País, salió una noticia sobre la donación del legado del fotógrafo Vicente Nieto. al Ministeriuo de Cultura. Es una gran noticia, más aun cuando desde el affaire Centelles, han salido mil noticias en oprensa sobre la pésima atención que los archivos estatales prestan a los legados fotográficos. Esta de Vicente Nieto es una gran noticia. No sólo porque significa que los ciudadanos contamos con un gran legado por fin preservado del olvido, las telarañas y el óxido, sino porque este fotógrafo, desconocido, nos ayuda a entender lo que fuimos. Vicente Nieto forma parte de ese grupo de fotógrafos españoles que en los años cincuenta y sesenta comenzaron a retratar esa delgada línea donde se sustentaba la nobleza y la miseria de este país (de todos los demonios). Hablo de gente como Satiago Ontañón, como Nicolás Muller. Hablo de los fotógrafos a los que el Reina Sofía les ha dedicado la Sala 405 del Reina Sofía, con el nombre de "Neorrealismo en España". Y hablo, sobre todo, de ese maestro gallego, humilde y pobre, llamado Virxilio Vieitez)



El fotógrafo que sabía mirar y al que nadie vio

Vicente Nieto (Ponferrada, 1913) miró por un recuadro de hojalata para hacer su primer retrato. Su sobrina Cecilia leía un periódico de 1933 recostada sobre la cama. Es un retrato armonioso, limpio, natural. El primero que Vicente Nieto obtuvo con su flamante Kodak Baby Brownie, comprada en los almacenes Sepu por 13 pesetas. "No sabía que era un trípode, no sabía nada de técnica", recuerda ahora, 77 años después, en su piso de Madrid.

Dejó de hacer fotos en los sesenta por necesidad y porque dudaba de sí mismo

En estos 77 años le han pasado muchas cosas. Una guerra que Nieto vivió en parte como taquígrafo en la retaguardia. Una vuelta a la anómala normalidad de la posguerra. Una atracción indomable hacia la cámara que le llevó a ingresar en 1955 en la Real Sociedad Fotográfica. Una multitud de excursiones por la España rural. Una crisis de autoestima. Una necesidad económica. Y finalmente un corte radical con la fotografía, un adiós para siempre. "Nunca he hecho una foto en color". Y las que ha hecho en blanco y negro serán, a partir de ahora, propiedad del Ministerio de Cultura, que prepara una exposición y un libro sobre su trabajo.

Alrededor de 1965 Vicente Nieto miró por un visor por última vez. Su suegra, ciega, escuchaba la radio en un salón en penumbra. De nuevo, arranca a las sombras un retrato armonioso, natural. Todas sus fotografías lo son. Un vistazo arbitrario a su colección de negativos -entre 5.000 y 6.000- revela a un fotógrafo que, incluso cuando no sabía de técnica, sabía mirar.

Su ingreso en la Real Sociedad Fotográfica le familiarizó con la técnica, le pulió la mirada y, sobre todo, le catapultó hacia el documentalismo social de la conocida como Escuela de Madrid, donde Francisco Ontañón, Gabriel Cualladó, Ramón Masats, Leonardo Cantero, Rubio Camín y Francisco Gómez ejercieron el papel hegemónico desde el grupo de La Palangana (1957), llamado así a partir de la foto de una palangana donde flotaban los retratos de todos ellos. "Abandonaron los estudios y platós y salieron a los pueblos para tomar imágenes de lo pobre, lo feo, lo rústico. Es evidente que los escenarios y personajes elegidos no siempre estaban de acuerdo con la versión oficialista de aquellos años", sostiene Pedro Taracena Gil, miembro de la Real Sociedad Fotográfica y autor de un ensayo sobre la Escuela de Madrid, que permitirá recuperar a 13 fotógrafos poco conocidos de esta corriente.

A Pedro Taracena, Amando Casado y Marcos López, también fotógrafo, se debe en gran medida la recuperación de Vicente Nieto. La recuperación para los demás, que lo desconocen, y para él mismo. "Nunca he estado seguro de mis fotos. Creía que lo mío no valía gran cosa", confiesa con pudor el nonagenario fotógrafo.

Ahora que recibe felicitaciones a mansalva tras sus primeras exposiciones comienza a enjuiciarse a sí mismo con más alegría y a detenerse en su álbum para recrear el contexto: unos guardias civiles disparando en una barraca de feria, pescadores vascos cargando un atún por la playa, curas paseando junto a la muralla de Ávila, campesinos descalzos conversando en La Mancha, niñas rurales que reparten leche o apresuran el paso ante los nubarrones. Vio expuesto su trabajo por vez primera a los 89 años, en Guadalajara, y después en Madrid, en la Real Sociedad Fotográfica, y Ponferrada.

Nieto, 77 años después de su primera foto, está ilusionado con la gran exposición que organizará el Ministerio de Cultura tras la digitalización de su obra. "En la vida", sostiene, "todo es fotografía. El problema es saber traducirlo".

martes, 8 de junio de 2010

Nitrato en Nueva Zelanda


Por fin una de esas noticias que a uno le alegran el corazón y le provocan ganas de cantar en la ducha. Tal como aparece hoy (8/6/2010) en El País.

Cine mudo rescatado en Nueva Zelanda

Regresan a EE UU 74 películas americanas halladas en la filmoteca neozelandesa y de las que no existían más copias

Hace un siglo viajar no era tan simple y tan barato como ahora. Y enviar paquetes de una punta a otra del planeta era una auténtica inversión. De ahí que en la década de los 20 los productores de Hollywood, que ya entonces empezaban a conquistar el mundo usando como única arma el celuloide, a veces prefirieran abandonar a su suerte las películas que estrenaban en países tan distantes como Nueva Zelanda para ahorrarse unos cuantos dólares.

Eso mismo le ocurrió a uno de los primeros filmes de John Ford, Upstream, fechado en 1927 y del que no existían copias conocidas hasta que Brian Meacham, conservador de la Academia de las Artes y las Ciencias de Hollywood, descubrió por casualidad en un viaje a Nueva Zelanda que la filmoteca de ese país atesoraba una copia. Upstream es una película muda que en España se tituló Ser o no ser y en la que se nota la fuerte influencia que causó en John Ford la llegada a Estados Unidos de F. W. Murnau, quien entonces estaba trabajando en su obra maestra americana, Sunrise.

Pero la bodega de la filmoteca neozelandesa no solo escondía aquella vieja joya de John Ford sino otras 74 cintas que ahora se están preparando para regresar a su país de origen y entrar en los archivos de la National Film Preservation Foundation, propiedad de la Biblioteca del Congreso.

Es el efecto inesperado de la curiosidad: Brian Meacham estaba de vacaciones en Nueva Zelanda en 2009 y decidió visitar a sus colegas de la filmoteca de Wellington. Steve Russell, uno de los responsables de la Filmoteca de Nueva Zelanda lo recuerda así hoy en The New York Times: "Inevitablemente nos pusimos a hablar de nuestra colección pero a Brian no le gustó mucho descubrir que guardábamos toda una serie de películas americanas, principalmente películas antiguas en soporte de nitrato, así que nos pidió que le enviáramos una lista. Es una de esas raras ocasiones en que la tiranía de la distancia ha jugado en nuestro favor y en el de las películas".

El soporte de nitrato sobre el que se sustentó el cine hasta los años 50 era altamente inflamable de ahí que al menos la película John Ford esté siendo repicada en un soporte fílmico actual para evitar riesgos durante el transporte. Y enviar el resto no es tarea fácil porque las empresas de transporte no quieren hacerse responsables de un material tan inestable así que de momento los filmes van saliendo poco a poco hacia Los Ángeles en unos barriles de acero de la ONU. "Al menos un cuarto de las películas están en un avanzado estado de degradación. El resto tienen buena imagen aunque han encogido" afirma Annette Melville, la directora de la filmoteca neozelandesa.

Pero además, entre los tesoros escondidos en una isla que hoy para la industria del cine es sinónimo de Peter Jackson y sus superproducciones, hay una serie de títulos firmados por mujeres en fechas tan tempranas como 1914. A esa fecha pertenece Won in a cupboard, una película dirigida por Normand, una actriz muy célebre de la época que también se atrevió con la dirección. Además, hay películas del llamado género cowboy girl y diversas cintas con célebres estrellas de la época como Clara Bow, que personificaría los gloriosos años 20.

También hay diversos westerns, una de las exportaciones cinematográficas más populares de todos los tiempos y comedias como Why husbands flirt, de Al Christie. También se ha encontrado la película Mary of the movies, la más antigua hasta la fecha del catálogo de Columbia Pictures, hoy propiedad de Sony.

P.S: Y aquí, un regalo: la lista completa de las películas encontradas

viernes, 28 de mayo de 2010

El rollo perdido de Cartier-Bresson



(noticia aparecida en Publico, el 28/05/2010)

El 28 de octubre de 1937, Henri Cartier-Bresson llegaba a Quinto de Ebro. El fotógrafo francés, junto al cineasta Herbert Kline y el camarógrafo Jacques Lemare, se había escapado durante dos días, de otro rodaje: el de hospitales en Benicàssim y Saelices para el documental Victoria de la vida, que hasta ahora constituía el único testigo del paso, cámara de 35 milímetros en mano, del fundador de Magnum por la Guerra Civil española.

La Filmoteca Española mostró ayer por primera vez en España el documental Con la Brigada Lincoln en España, al que se le había perdido la pista poco después de su estreno en el cine Cameo de Nueva York, en mayo de 1938. El metraje había permanecido en el archivo de la Brigada Abraham Lincoln de la misma ciudad, almacenado entre los rollos de 16 milímetros que los propios brigadistas habían filmado.

El documental arranca con los ciudadanos de Madrid leyendo un poema dedicado a la caída de Asturias, que cuelga de la fachada del Círculo de Bellas Artes. Unas señoras con cestas colgando del brazo, trabajadores, ciudadanos de a pie leen. "Se quería mostrar los logros en educación de la República", explica Juan Salas, investigador madrileño en la Universidad de Nueva York, que ha sido el artífice del hallazgo.

Durante 18 minutos vemos a los brigadistas internacionales entrenando, comiendo poco más que pan, cantando y riendo alrededor de una guitarra. Trabajadores, escritores e intelectuales estadounidenses y canadienses conviven en el frente, "sin jerarquías entre soldados y oficiales", informa el filme. "La intención era mostrar la variedad de procedencias de los soldados, su compromiso, y recaudar fondos para traer de vuelta a Estados Unidos a los heridos", precisa Salas. El documental prosigue con tomas de los brigadistas convaleciendo en hospitales. Y vuelve finalmente al frente.

El descubrimiento ha sido posible gracias a la curiosidad de Salas, que planea editar, junto a la Filmoteca Española, un DVD con el material iné-dito del archivo de la Brigada Lincoln. Investigando allí, encontró fotos en las que reconoció a Cartier-Bresson portando una cámara de cine.

El frente en el que aparecía no coincidía con ninguna imagen de Victoria de la vida, así que decidió ir más allá. Revisó los rollos de 16 milímetros y ahí estaba Con la Brigada Lincoln en España. Las imágenes del documental coincidían con las fotografías que habían tomado los brigadistas de Cartier-Bresson y Klein filmándolos.

Aquello no era un encargo, la película había nacido del compromiso del fotógrafo, así que se permitió experimentar, hacer curiosos travellings, forzar los primeros planos en busca de los hombres. "Es curioso cómo su estilo sufre una transición en esta película, del surrealismo del inicio al humanismo posterior por el que sería más conocido", apunta Salas. El cine soviético de la época y el eco de Las Hurdes de Luis Buñuel están ahí.

Pero la historia tiene una vuelta de tuerca más que une a Cartier-Bresson con Robert Capa y Gerda Taro. Al final de la película, usó imágenes como fondo del mensaje de solidaridad que quería trasladar al público. En una de esas secuencias, un campesino alza el puño. Salas reconoció al mismo hombre en uno de los negativos de la maleta mexicana de Capa, hallada con miles de negativos hace algo más de un año en México.

"Me di cuenta de que Capa le había cedido parte del metraje que él y Taro habían filmado en junio de 1937 en Brunete", afirma Salas. Ese campesino con el puño alzado fue el señuelo para unir las historias de tres fotógrafos que contaron, con cámaras de foto y de cine, la lucha del frente republicano.

lunes, 19 de abril de 2010

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XXVIII

A estas alturas de la película, uno cree ver claro que una de las causas del inmovilismo del cine español, es la escasez de apoyos que los otros agentes de la institución cine dan a las películas personales. Hablando claro, hablo de que son pocas las salas (y los distribuidores) que apuestan, (han apostado o apostarán) por un cine marcadamente radical (a la contra casi de los tópicos y de la standarización).

Una de las pocas excepciones que hay en todo el país es La Enana Marrón, la mítica sala madrileña. Si uno se mete en la programación que ha realizado en su trayectoria, te entra un ligero vértigo y una sensación de gratitud tan cándida, que te hace pensar (ingenuamente) que el cambio de mentalidad respecto al cine es posible.

Lo dicho vale para el cine hecho en cualquier rincón del mundo. Y también para este rincón que compartimos. Este mes es un buen ejemplo de ello: por una parte el ciclo Productos Ibéricos Inauditos, con los largometrajes Bolboreta, Mariposa, Papallona, de Pablo García, El barrio de las islas de Daniel García-Pablos, La eternidad de Jean Castejón Gilabert, El brau blau, de Daniel Villamediana, En el camino de Esmirna, de Pere Albero y El somni, de Christophe Farnarier.

Asimismo, hay una retrospectiva de Claudio Zulián, residente en Barcelona y autor del ingenioso A través del Carmel, y otro ciclo con los últimos trabajos de Antoni Pinent.

Desde ese pequeño rincón de resistencia, autogestionado y entusiasta, La Enana Marrón (y David Reznack), nos enseñan cuál es el modo de actuar para cambiar el estado de las cosas, en el cine de este país: una guerra de guerrillas que apueste por el otro cine, el distinto, el raro. ¿El bueno?

En un granero (solitario)



(La noticia que paso a comentar apareció en diversos medios escritos la pasada semana. El texto que yo escribo es pues el resultado de la lectura de varias notas de prensa)

Esta historia empieza en 2006 en la esquina oscura de un granero abandonado de New Hampshire a punto de ser demolido. Allí, entre mantas, un bulto extraño que resulta ser un viejísimo proyector de cine. Y junto al cacharro, varias cintas de película de nitrato llenas de polvo.

Resulta que entre las películas del granero estaba una filmación de 30 minutos (two-reel) de 1913 titulada When Lincoln paid ('Cuando Lincoln pagó'), obra de Francis Ford, listada en las historias del cine de la época pero perdida para la eternidad. Película que llevaba 97 años perdida.

El hallazgo pronto contó con el entusiasmode Tag Gallagher (el máximo especialista en la obra de John Ford, además de coleccionista cinematográfico), y fue restaurado por la George Eastman House y el National Film Preservation Foundation.

La película, que cuenta la historia de la madre de un soldado confederado que viaja hasta Washington para intercambiar opiniones con Abraham Lincoln, pertenece a una serie de ocho filmes que Francis Ford rodó y protagonizó con Lincoln como protagonista y que, hasta ahora, no estaban disponibles en ninguna filmoteca del mundo. Todos los filmes de la serie sobre Lincoln fueron escritos por William Clifford.

Entre las películas desaparecidas están The Heart of Lincoln (1915), The Toll of War (1913), and The Battle of the Bull Run (1913).

Francis Ford fue el hermano mayor de John Ford. Y aunque no tuvo el éxito ni los Oscar –ni, añadiriía yo, la capacidad de hacer que el claroscuro mito americano fuese carne- de John, Francis fue un director prolífico, con 480 películas rodadas entre 1909 y 1928. También trabajó como actor (a veces en películas de su hermano, hasta el año 53.

Mañana día 20, el Keen State College presentará el hallazgo, convenientemente restaurado, limpio de las briznas del viejo granero de New Hampshire.

Aquí unos fragmentos de las películas: