Mónadas (III)
La hija del penal (Eduardo García Maroto, 1935)
SINOPSIS: El castillo-prisión de Pedralejo dispone de director, celador-jefe, médico, cura y treinta y dos funcionarios para vigilar a un solitario recluso. Al caer gravemente enfermo el preso, la plantilla del penal se asusta, puesto que si el detenido muere, el castillo será vendido en subasta y los funcionarios, jubilados con una quinta parte de su sueldo. Mientras esto acontece llegan al pueblo dos hermanos, Lina y Austregisilio,un empleado del Ministerio de justicia con vacaciones retribuidas, para acompañar a su hermana, que no goza de buena salud y cuyo médico le ha recomendado los aires y la tranquilidad de Pedralejo.El hijo del cacique del lugar, Marco Antonio, que ve llegar a la joven, alardea que será su próxima conquista ante sus amigos. Esa noche, al mismo tiempo que muere el preso, Marco Antonio trepa a la habitación de Lina con ánimo de seducir a la atractiva joven. Autresgisilio, que duerme en la habitación contigua oye los gritos de su hermana y aucde en su ayuda. Persigue e insluta al ardoroso Marco Antonio, que salta desde el balcón a la calle. Poco después se halla el cadáver de Marco Antonio y Austregisilio es acusado de su muerte, ante la satisfacción de la plantilla del penal. Todos atienden al mismo preso. Su celda se transforma en un cuidado y confortable apartamento, se le dedican mimos especiales, se le agasaja con fiestas y los funcionarios hacen rigurosos turnos para distraerle con juegos y conversaciones. El preso, empalagado del trato que recibe, pide su traslado a otra prisión. La alarma vuelve a cundir entre la plantilla. Pero Ana, la hija del director, enamorada del recluso, propone como solución engatusarlo y casarse con él para retenerle. salvadas las reticencias del padre y realizada la conquista, se celebra la boda, con el regocijo de todos los funcionarios. Pero el mismo día de la fiesta nupcial, llega un inoportuno telegrama al penal: Austresgisilio es inocente y debe ser puesto en libertad de inmediato, el castillo se subastará y los trabajadores serán jubilados. Sin embargo, Austresgisilio reserva una sorpresa: compra el castillo por siete mil pesetas y lo convierte en un hotel-balneario, conservando íntegra la plantilla de trabajadores.
Otra película desaparecida. Otra película con guión de Mihura. Es decir, otra muestra de lo que estuvo muy cerca de ser el cine español: una fuente alocada de humor inteligentísimo y popular (que no populachero, aunque no sé muy bien porque hago esta distinción). Y si tenemos en cuenta que el director era Eduardo García Maroto, un verdadero hombre de cine (cámara, reporter, montador, sonidista, actor, metteur-en-scene) el resultado parecía estar muy cerca de la gloriosa hilaridad.
Pero la película, que fue extraordinariamente exitosa en su estreno, (para muestra un boton) no se conserva. Otra orfandad que echarse a la espalda. Sólo nos queda la sinopsis, su guión publicado, una decena de reseñas, un cierto aura de leyenda. Leyenda como la que dice que la cola por verla llegaba desde el Palacio de la Música de Madrid, hasta la misma Puerta del Sol. Quien sabe de geografía sabe que esa leyenda es mentira, pero quien sabe un poco de cine sabe que películas como aquélla son las que ahora harían falta.
4 comentarios:
"Recuerdo que en nuestros años de juventud (aunque él nunca pareció joven) Anselmo G. Tapias solía hablarme de un proyecto de remake, o como decía él, de "tombeau", del film desaparecido La hija del penal.
- Comprederás, me decía, que una adaptación o remake puro y duro, con la pretensión de hacer cine popular contemporáneo, hoy por hoy, vista la industria del cine español, es un proyecto suicida que nos conduciría de cabeza a Farmacia de guardia a comprar alka seltzer. Puestos a operaciones suicidas lo que propongo es una suerte de versión straubiana de la Hija del penal. Retomar el guión y filmarlo en decorados naturales, con actores amateurs, filmar a un tiempo la película y su ausencia. La comedia está en el guión y en sus diálogos, la ausencia y el tiempo presente en los decorados y en los actores. Sí, sí, como una de los Straub pero con texto de Mihura...
Y a continuación detallaba aspectos de la planificación, de la producción y de la posible financiación autonómica. Aunque ambos sabíamos que Anselmo, por su natural dubitativo jamás llegaría a realizar. Hoy en día, con él dedicado a la fontanería, no sé quien podría retomar el proyecto. Rodolfo Sirk, quizás."
"Muros de construcción, muros de contención: de bares con A.G Tapias" de L.E. Paredes con Ventanas, en KinoVigo n14.
"Anselmo G. Tapias siempre respondía lo mismo cuando se le preguntaba por qué había abandonado la idea de hacer cine: 'lo que me interesa, ya está hecho. Me interesa concentrar dos ideas del universo contrapuestas, que se enfrenten sin acción, sin gesto, sólo la palabra estrellándose contra otra palabra'. Poco después supimos que veía y reveía en su DVD las conversaciones entre Arzak y Arguiñano. Más tarde fue cuando propuso aquello de hacer un remake de 'Amanece que no es poco" imitando al Syberberg de Ludwig II. Anselmo G. tapias no dejó nunca de tener ideas visionarias"
"Paulino en la playa" de Manuel Asinsehacen Lascosas y Pablo G. Cangas de Onís
¡"Paulino en la playa"!
Se ha ganado usted una caña con tapa de mejillón.
Claro que de todos los proyectos de Caníbal P.C., la empresa familiar, ninguno tan dolorosamente truncado como esa adaptación de La Isla del Tesoro "en colores", que decía él, y en la que todos los papeles debían ser interpretados por dobles de "personajes famosos". O como ingenuamente decía Anselmo: "Por auténticos modelos". Todavía le recuerdo esa mañana de invierno en su oficina, en pyjama, y hablando por dos teléfonos rojos a la vez: con uno trataba de convencer a la empresa de casting que debía de enviar los dobles, gratis, y por el otro hablaba de "ventajas" a una conocida joyería que parecía dispuesta a "llenar el cofre" a cambio de que su logo apareciera en los créditos (en los "putos créditos", como me decía nuestro amigo citando a Jess Frank sin saberlo). Anselmo estaba desesperado porque no podía contar con Hervé Villechaize para el papel de Long John Silver ("una persona culta y civilizada, un verdadero ciudadano, y además es Felipe González"). Le pedía a la empresa de casting que enviara otro González, de urgencia, aunque fuera un novato, "un rookie" que decía él.
Aquello acabó mal. Terminamos trabajando sólo con dobles de Elvis (incluso en el equipo artistico) y con un cura (que Anselmo decía que se parecía al Papa pero como todo el mundo sabe el Papa se parece a todo el mundo, así que el efecto se perdía en la pantalla.)
De la película quedan para la historia 10 ó 12 planos de detalle (palmeras, una muela de oro, varios loros, un billete de 5 dólares) ya que, al parecer, se decidió empezar por lo más sencillo, "para ir calentando".
"La Isla del Tesoro Público" (que así reza la carcasa de la cinta de MiniDv que contiene los cuatro minutos supervivientes) está sin embargo llamada a convertirse en un clásico del cine estructural".
'Reparación de muros de sonido y pantallas en blanco'. Luis E. Paresonoparesteapoyamos, Smyrna, Fuertes por el número Ed., 1999.
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