jueves, 5 de noviembre de 2009

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XIII



Los museos

Hablar de cine y museo es hoy un tema recurrente, en cierto modo un tópico, como hace poco lo era hablar de la frontera entre documental y ficción, o de la hibridación de los géneros. Pero no es esto de lo que quiero hablar. Simplemente quiero comentar una noticia.

El Reina Sofía ha publicado en su página web un listado con las nuevas adquisiciones de su colección. Es un intento de transparencia que se agradece, como se agradecería también que se incluyera un pequeño texto explicando el por qué de la adquisición de cada obra.

Entre estas adquisiciones se encuentra un apartado dedicado al cine (diferenciado de ese otro apartado que es video, y que es el soporte es importante, parece). Y en esta sección de cine se puede ver que, por fin, se hace caso al invisible cine experimental español, aquel que no se ve ni en salas, ni en cine-clubs, ni hasta ahora en museos. Uno recuerda que fue el MACBA quien inició esta senda, proyectando en la colección permanente una copia de Operación H (Néstor Basterretxea), que por cierto, también está en la colección de Reina Sofía (¿y para cuándo Ama Lur?).

Así, el Reina Sofía ha comprado para su colección ocho obras de Javier Aguirre (Espectro siete; Fluctuaciones entrópicas; Objetivo 40º; Che,Che,Che; Múltiples. Número indeterminado; Impulsos ópticos en progresión geométrica; Innerzeitigkeit (temporalidad interna) y Uts Cero) , Historia Natural, de Jose Luis Alexanco, a partir de composiciones de Luis de Pablos y producida por Querejeta, tres películas de José Antonio Sistiaga (Ana, la incompleta Encuentros de Pamplona y la crucial ...ere erera baleibu izik subua aruaren...) y la inconmensurable Contactos, del gran Paulino Viota.

Que una institución como el Reina Sofía se interese por este tipo de producción es, a mon avis, una gran noticia. Ahora quedan por resolver lo más importante, que es hacerlas públicas, acercarlas al público, que se conozcan. Que el espec(a)tador medio sepa que esas rarezas (entre la que brillan varias joyas) forman parte de un patrimonio cultural que es suyo. Y no me refiero a la colección de un museo. Me refiero a ese malogrado término de Cultura.

Ojalá que no todo acabase ahí. Ojalá que el Reina Sofía sea el mascarón de proa (ya que TVE se atreve a poner en marcha un programa donde se emitan estas películas, y las filmotecas cada día se van volviendo más acomodadas y funcionarias) que saque a la luz todos estos tesoros. Por de pronto, en el Reina se proyectará en mayo el ciclo "Del éxtasis al arrebato".

Que todo siga así, por lo menos.

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