domingo, 10 de enero de 2010

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XXI

Generaciones

A estas alturas de la película, todo el mundo sabe que uno de los puntos de inflexión más importantes de la Historia del Cine, lo produjo un grupo de jovenes apasionados, antes críticos que cineastas, en los años 50 y 60, la primera generación que hizo películas con conocimiento de la Historia del Cine.

En España, esto también ocurrió, sólo que de forma diferente al resto del mundo, o mejor dicho, más tarde. Hacia mediados de los sesenta, un grupo de jóvenes empezó a escribir crítica en las revistas que iban naciendo, Film Ideal, Fotogramas, Nuestro Cine... Estos jóvenes habían viajado al extranjero, hablaban idiomas, leían ensayos, el franquismo les aburría, no tenían prejuicios ni cortapisas, poseían un hambre voraz de cine, y escribían de forma apasionada de las películas de la Nouvelle Vague, de Glauber Rocha, del cine del Este. Se llamaban Miguel Marías, Víctor Erice, César Santos Fontenla, Antón Eceiza, José Luis Egea, Claudio Guerín Hill, Ángel Fernández-Santos, Álvaro del Amo, Augusto Martínez Torres, Manuel Pérez Estremera, Francisco Llinás, Carlos Rodríguez Sanz, Iván Tubau, Jose Luis Guarner...

Todos ellos coquetearon con el cine en algún momento. Más allá de los casos obvios de Víctor Erice, de Claudio Guerín Hill, José Luis Egea (los tres firmantes de Los desafíos), Antón Eceiza o Álvaro del Amo, todos los demás hicieron numerosos cortos, colaboraron en los cortos de los compañeros y amigos de generación, y organizaron festivales, muestras y proyecciones para que sus cortos y los de sus compañeros se pudiesen ver.

Pero los nombres de esta generación componen un triste inventario de futuribles lastrados. ¿Qué hubiese pasado si...? En esa generación se encuentran las mejores promesas de renovación: Antonio Drove, Iván Zulueta (al fin engullido por su tomavistas), Vïctor Erice.

Hace poco, y muy silenciosamente, ha muerto Enrique Brasó, otro miembro más, y otro desconocido más, de esta generación. Nacido en 1848, escribió en las revistas Fotogramas (donde reseñó una película de una película que no existía) y Griffith. A principio de los setenta comienza a trabajar en Televisión Española, y en los Estudios Moro como montador. En 1977 realizá su primera película, In Memoriam, adaptación de un relato de Bioy Casares, con Eusebio Poncela y Geraldine Chaplin. Es una película interesantísma, con una atmósfera, cuanto menos, perturbadora. También sería su única película (algo que es muy de la época, de su generación; directores de una sola película).

Más tarde sólo haría un capítulo de la película colectiva "Cuentos Eróticos" junto a otras promesas de su generación (Chávarri, Alfonso Ungría, Josefina Molina, Emma Cohen... triste nómina) algunas producciones para TVE (siempre se menciona El mundo de Juan Lobón, que yo no he visto), guiones para Antonio Hernández (Lisboa, En la ciudad sin límites, Oculto). También escribió dos libros de cine; Carlos Saura y Conversaciones con Fernando Fernán Gómez. (Éste último, para quien esto escribe, es uno de los libros más interesantes sobre cine español que se han hecho, pues es de los pocos -quizá Memorias del tío Jess, de Jesús Franco- que no sólo te hablan de directores y actores y películas, sino también de sobornos, de conversaciones con censores, de vitas al MInisterio de Información, es decir, de cómo se hacía cine en el franquismo, en un difícil equilibrio entre arte y picaresca).

Se ha muerto Enrique Brasó y nadie ha dicho nada (Diego Galán en El País, algún foro en Internet). Y como nadie ha dicho nada, tampoco se dice que In memoriam es una gran película, que prometía una renovación en nuestro cine que nunca ha llegado. Cosas de otra generación

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