sábado, 19 de diciembre de 2009

REVISIÓN CRÍTICA DEL CINE ESPAÑOL XIX

La prensa



La revista Cahiers du Cinema. España es un caso especial, ya que es durante mucho tiempo ha sido algo así como el tuerto en el reino de los ciegos. Pero últimamente da pruebas de una cierta evolución, que por lo menos a mí me satisface mucho.

Creo percibir, aunque para estas cosas soy muy torpe, una cierta voluntad de intervenir en el cine español, de reflexionar sobre él, de incidir en él si fuese posible. No sólo en su presente, con las críticas, sino también en la visión de su pasado con iniciativas como el cuadernillo dedicado a Tasio en el mes de septiembre. No sólo en lo crítico, sino también en lo 'político', con la entrevista a Ignasi Guardans (director del ICAA) y el análisis de la Ley del Cine, en el número de diciembre.

Además, la revista se ha echado a la espalda la misión de poner en valor a ciertos directores, y con él al cine que hacen. El paradigma sería el 'especial Isaki Lacuesta' del mes pasado (con gran justicia por otra parte ). O el número de octubre 'Nuevos desafíos. Cine español'.

Este número es muy interesante, y muy necesario, ya que propone otra visión de la cartografía del cine español, centrándose en los márgenes de la industria, y proponiendo esos márgenes como el verdadero territorio de experimentación, de riesgo, de calidad. En sus páginas se encuentran nombres propios y películas que pueden (deben) crear un nuevo canon, un nuevo corpus para el cine español. 'Hacia una nueva identidad' se llama el artículo de Carlos F. Heredero que abre el número, de forma explícita.

Este corpus, extenso por otra parte, estaría compuesto por (cito nombres y películas que aparecen en el número): Javier Rebollo (Lo que sé de Lola, La mujer sin piano), José María Orbe (La línea recta), Pedro Aguilera (La influencia), Rafa Cortés (Yo), Jaime Rosales (Las horas del día, La soledad, Tiro en la cabeza), Albert Serra (Honor de cavalleria, El cant dels ocells), José Luis Guerín (En la ciudad de Sylvia), Pere Portabella (Die Stille vor Bach, Mudanza), Roser Aguilar (Lo mejor de mí), Isaki Lacuesta (Los condenados), Felipe Vega (Elogio de la distancia), Daniel Villamediana (El brau blau), Mar Coll (Tres días con la familia), Alberto Rodríguez (After), Santiago Fillol y Lucas Vermal (Ich Bin Enric Marco), Marc Recha (Petit Indi), Luis Miñarro (Blow Horn, Familystrip), Elisabet cabeza y Esteve Riambau (Máscaras), Miguel Ángel Jiménez (Ori), Ventura Durall (Las dos vidas de Andrés Rabadán), Enrique Gabriel (La pérdida), Adán Aliaga (Estigmas), Mercedes Álvarez, Ricardo Íscar, Agustí Villaronga, Pablo Llorca, Agusti Vila, Lluis Galter y Ángel Santos.

Estamos de acuerdo con ellos. Son los que componen el "otro cine español". Sin embargo, este concepto de "otro cine español" contiene una cierta renuncia. Bajo este epígrafe da la impresión de que todo cabe, y además, todo lo bueno. El 'otro cine español' fue el nombre de un ciclo obvio programado en el Festival de Málaga, o el título de un muy buen artículo de Albert Alcoz sobre el cine experimental español. El otro cine español siempre será bueno, porque es la inversión del cine español, que es malo.

Yo lo que creo es que lo que hay que reivindicar también películas de ese cine español institucional, normalizado. Ser justos, y las malas películas negarlas y las buenas decirlas. Hacer un buen cine comercial es la mejor forma de fortalecer los márgenes. Esta opinión puede parecer forzada, pero a mí me parece impregnada de cierto determinismo biológico (pero no se me malinterprete, no estoy a favor de la Ley de Cine. Prefiero -y siempre preferiré- a Javier Rebollo que a Trueba)

En el número de diciembre de Cahiers du cinema.España, se dedicaba una crítica muy elogiosa a Celda 211, escrita por José Enrique Monterde, con el título de "Buen cine español de género". (de hecho, en ese número, Jose Enrique Monterde hace críticas muy acertadas a otras películas españolas, con conceptos clarividentes como la "dimisión estética" para referirse a los despropósitos de Jesús Garay). No es ni mucho menos una excepción. Hay otros nombres, Balagueró, Helena Taberna, Óscar Aibar (algunas cosas), que podrían corroborar una buena tendencia, una situación favorable...

¿Para cuándo una visión global de ellos? ¿Para cuando un listado de películas, una cartografía similar a la que antes he mostrado? ¿Para cuándo dejar de diferenciar entre el "cine español" y el "otro cine español" si a fin de cuentas, todos vamos en el mismo barco (a punto de naufragar tantas veces)?

1 comentario:

Albert Alcoz dijo...

Muchas gracias Luis!
A ver si nos vemos algún día...